Compartir una charla con Martha Mendoza es una de las opciones que un periodista puede experimentar en la Décima Conferencia Global sobre Periodismo de Investigación, que se realiza estos días en la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo, Sudáfrica.
Ganadora de dos premios Pulitzer, la periodista americana de la agencia Associated Press (AP) comparte sus vivencias y herramientas de trabajo en dos talleres específicos: “Tráfico de personas y trabajo forzado alrededor del mundo,” y “Qué está haciendo Washington en tu país.”
Mendoza fue parte del equipo de AP que ganó el premio Pulitzer en la categoría “Servicio Público,” por una investigación internacional titulada “Seafood from slaves” sobre el tráfico de trabajadores de la industria pesquera en el Sudeste Asiático, la cual provocó que más de 2 mil esclavos fueran liberados, y registró cómo los mariscos pescados por estas víctimas llegaron a varios supermercados y proveedores de alimentos en Estados Unidos.
Además de lograr que las víctimas pudieran regresar a sus hogares, la investigación también provocó el arresto de una docena de personas. Además, logró la incautación de los barcos utilizados en el circuito, y el ingreso de un proyecto de ley al Congreso de Estados Unidos para crear un sistema de mayor transparencia de los proveedores de alimentos.
En la investigación, el equipo de periodistas rastreó y publicó detalles de los barcos y camiones hasta las fábricas de procesamiento y almacenamiento en frío y, usando los registros de Aduanas y bases de datos comerciales, siguieron la carga hasta los distribuidores de EE UU.
¿Por qué decidieron involucrarse en un caso de tráfico de personas?
El tema nos importó porque existían ya varios artículos de Associated Press, The Guardian, Bloomberg, y otros medios del mundo, contando que seres humanos estaban siendo víctimas desde Tailandia e Indonesia para ser explotados en la industria pesquera de mariscos. Junto al equipo pensamos que debíamos contribuir en despertar una alerta en todo el mundo sobre esta situación, por las personas involucradas.
¿Crees que el tráfico humano es una forma de esclavitud?
Definitivamente es esclavitud moderna, y es ilegal. Hay varias formas de esclavitud en la actualidad, pero esta es la forma más elevada debido a que los trabajadores son engañados, captados, y simplemente no se pueden escapar.
Hay un dato que se repite, tanto en su investigación como en otras de la misma temática, y es que las víctimas captadas suelen presentar situaciones previas de vulnerabilidad económica, social, educativa…
Usualmente la gente que es captada viene de situaciones absolutamente vulnerables, donde generalmente no pueden conseguir trabajo, entonces deciden viajar a lugares que no conocen para poder enviar dinero a sus familias, pero no saben realmente en qué se están metiendo. Con estos pescadores pasó eso.
¿Qué sentiste el día que lograron liberar el centenar de víctimas?
Fueron más de dos mil.
¿Y qué sentiste, como ser humano, más allá de tu rol de periodista?
La mayoría de ellos fueron jóvenes. Yo tengo a mi hijo, en el primero que pensé fue en él. Cuando trabajamos junto al equipo, siempre pensaba que es solo un tema de dónde te tocó nacer, porque si mi hijo hubiese nacido en alguno de estos países probablemente podría haber terminado igual. Aquella mañana que me enteré que fueron liberados, levanté a toda mi familia de un grito. Era muy temprano. Yo estaba muy emocionada. No lo podía creer. Estaba muy feliz por ellos, y sobre todo por sus familias.
Martha Mendoza: “Cuando liberaron a los 2000 esclavos gracias a nuestra investigación, me alegré por sus madres”
¿Sentiste que “hacías el bien”?
Para nada, nosotros solamente nos encargamos de contar la historia, pero hubo un grupo muy grande de organizaciones y personas de varios países trabajando en la liberación. Ellos hicieron el bien.
¿Cómo lograron seguir los camiones, barcos, puertos, en un camino tan largo y con dificultades para llegar, y poder registrarlo en fotos y videos?
Bueno, no sólo fuimos nosotros, en el equipo hay varios fotógrafos. También usamos muchas cámaras de celulares, drones, cámaras gopro; siempre ingresamos a los lugares diciendo que éramos periodistas que investigábamos distintas particularidades de barcos, cuestiones marítimas, etc. Nunca mentimos, pero tampoco confesamos qué era lo que íbamos a buscar específicamente.
También lograron una foto satelital muy particular en la que pudieron ver el barco con los esclavos a bordo, ¿cómo la consiguieron?
Gracias a la ayuda de una organización llamada Digital Globe. Cuando nos enteramos de que había un barco sin los permisos adecuados pescando en medio del mar, acudimos a esta organización que promueve datos abiertos para que nos acercaran la foto satelital, y dimos con el barco, fue difícil hallar el lugar específico, pero fue mucha prueba y error.
¿Cuánto tiempo les llevó investigar y reconstruir la ruta del marisco tailandés?
Nos tomó más de un año, y mucho trabajo en equipo.
¿Qué consejo les darías a periodistas que se interesan por investigar sobre este delito?
Primero, los aliento a que investiguen sobre este tema, porque por más o menos impacto que se tenga, están ayudando a mejorar o salvar la vida de otra persona. Algunas autoridades no tienen la menor idea de lo que este crimen significa.
¿Cómo manejas el contacto con una víctima de trata?
Hay que ser muy cuidadosos. Nunca se debe exponerlos, porque al exponerlos se puede poner en riesgo su vida. Muchas veces las victimas de trata no se reconocen a sí mismas como víctimas, por lo que hay que ser muy cuidadoso en el trato humano.
La investigación provocó la publicación del libro, “Esclavos pescadores: El tráfico humano y los mariscos que comemos.”
Video by Jannik Jürgens
Diego Granda is an Argentinian journalist working at LA NACIÓN and a GIJN fellow. He produced Argentina cross border trafficking (Al Jazeera English), a documentary about trafficking between Argentina and Bolivia, ande he published short reports for Spanish CNN.